El artista Omar Montes ha visitado el plató de Zapeando con gran "lástima" por la ausencia de una de las zapeadoras: Cristina Pedroche.

"No veo a Cristina por aquí", ha recriminado el cantante, que al enterarse de que la colaboradora había "casi llorado" al enterarse de que Omar Montes iba al plató de Zapeando el día que ella no estaba ha añadido: "No me digas eso que me voy de la vida ahora mismo".

Y es que la zapeadora es "súper fan" del cantante. Por eso, Omar Montes no ha dudado en sincerarse con ella: "Cristina, un beso. Te queremos todos, pero yo más". "A tu novio también un saludo", ha apuntado.

El motivo por el que dejó de pelear

El cantante ha explicado el motivo por el que decidió dejar de pelear a pesar de dedicarse de forma profesional al boxeo: "Tuve un hijo y pasaba hambre. Además, mi abuela me dijo que sufría mucho cada vez que iba a pelear y me pidió que cambiara eso. Me dijo que se me daba muy bien cantar, que lo había hecho desde pequeño".

Otro de los motivos, ha asegurado, es que "el hambre es muy mala y la constancia es la clave": "Yo peleaba, pero tuve un hijo y si te digo la verdad pasaba hambre".

Así fue su etapa como portero de discoteca

Además de la música y del boxeo, Omar Montes tenía otra faceta oculta: durante bastante tiempo fue portero de discoteca. Eso sí, asegura que él no tenía nada que ver con esos trabajadores que parecen estar siempre enfadados.

"Yo no lo entiendo, yo lo pasaba que te cagas. Venían, me saludaban... a algunos los pillaba fumando y les decía 'venga anda, apágalo que no te quiero echar'", ha explicado.

El motivo por el que vendió su Ferrari

"Mi abuela se quedaba 'encasillá' y teníamos que ir cinco a sacarla": así ha explicado Omar Montes por qué acabó vendiendo su coche de lujo, y es que con él llevaba a su abuela al ambulatorio.

"Toda la vida he ido al colegio con parches que me ponía mi abuela en los pantalones, porque las cosas estaban mal. Siempre me decía 'hijo, si ibas tan contento con tus parches, por qué no con tu Ferrari, que te lo has ganado'. Se venía conmigo tan orgullosa e iba saludando con su manita", ha explicado.