A Javier le está costando amoldarse a esta nueva coyuntura económica marcada por el coronavirus. Su club deportivo es un recordatorio de tiempos mejores, cuando, a finales de los 90, compitió en la cima del boxeo mundial. Entonces era 'el Lobo de Utrera'. "Cazaba rápidamente a los contrincantes, entonces me pusieron el Lobo", cuenta a laSexta Columna, y añade: "Tuve un buen récord. Pasé el campeonato del mundo y el de Europa".

Javier duró sólo ocho años como profesional. A los 32, se retiró por un coágulo en la cabeza. Desde entonces, se dedica a enseñar. Pero la pandemia ha hecho mella en su negocio: "Tenía 125 alumnos antes del Covid, y la verdad es que no me iba mal. A raíz del covid, las clases se han limitado. No podemos subsistir así".

Hoy, el trabajo de Javier no le da para vivir, así que ha solicitado la ayuda del Gobierno: el Ingreso Mínimo Vital. “La pedí en junio y la verdad es que, a fecha de hoy, no me han contestado para nada. Es una vergüenza que llevo cuatro meses esperando”, ha denunciado en el programa.

Desde que el Gobierno aprobó el Ingreso Mínimo Vital, se han presentado 900.000 solicitudes. Pero cuatro meses después, sólo hay 90.000 familias que lo están recibiendo. Algunas, como la de Javier, ni siquiera tienen respuesta, y su situación empieza a ser desesperada. El gobierno, por su parte, ha pedido paciencia, e insiste en que se trata de un sobreesfuerzo para la Administración en un momento excepcional.