Don Juan se negaba a ver que todo estaba atado. Él era el hijo de Alfonso XIII, por orden de sucesión le tocaba a él antes que a su hijo, así que cuando Franco le contó por carta que su heredero sería Juan Carlos no se lo tomó bien.

Así lo recuerda, Luis María Anson, exmiembro de su Consejo Privado: "Cuando entré en su despacho me dijo que leyera la carta de Franco. No se me olvidará nunca. Don Juan, que siempre había sido un hombre muy respetuoso, dijo 'qué cabrón'".

Don Juan no olvidó aquello del orden sucesorio y aguantó sin renunciar hasta que España empezó a hacerse 'juancarlista'. Con la monarquía de regreso al país, Don Juan fue enterrado en 1993 sin corona.