El 15M no surge de repente. En los meses previos se ha ido tejiendo una red reivindicativa en las grandes ciudades. Aparecen grupos como Estado del Malestar, No les votes, Juventud SIN Futuro, V de vivienda o Democracia Real Ya.

Plataformas, movimientos y asociaciones que convocan eventos a través de las redes sociales y que logran que gente desconocida empiece a participar en sus movilizaciones. 

Terminaron convirtiéndose en fundamentales para entender aquella acampada masiva en el kilómetro cero de la capital de España. Fueron la vanguardia del 15M. Rostros como el de María Pastor y su Estado del malestar empezaron a salir a la calle en febrero para mostrar su hartazgo. 

Quedaban cada viernes y cada semana eran más. La gente necesitaba expresarse y estos movimientos logran articular la protesta. Como Juventud SIN futuro, creado también en esas fechas. 

Un mes antes del 15M, en abril, convocan la primera movilización en esta plaza. El éxito fue una sorpresa. La calle se llenó de gente de todas las edades y no sólo de los jóvenes a los que esperaban.

En el Patio Maravillas fue donde organizaron la manifestación, un emblemático centro social ocupado de Madrid hoy bajo amenaza de desalojo.

Entre sus muros coinciden en 2011 Juventud sin Futuro y Democracia Real Ya. Jon Aguirre Such fue uno de sus portavoces. 4 años después recuerda los cuatro meses que, todos juntos, estuvieron preparando la gran manifestación del 15 de mayo. 

Entre todos consiguieron convertir ese etéreo clima de hastío que flotaba en el aire en un sólido grito de indignación. El resultado deja al país con la boca abierta. Decenas de miles de personas deciden salir a la calle en toda España. Hay marchas en 50 ciudades.

Hubo incidentes aislados y cargas policiales pero no lograron empañar el éxito de la marcha. A última hora, un pequeño grupo llega a la Puerta del Sol y decide quedarse allí a pasar la noche.

Así acaba el 15 de mayo de 2011. Así empieza en realidad el 15M. Algunos creyeron ver una anécdota fruto de la casualidad. Hoy sabemos que fue la suma de un clima de enfado y meses de trabajo de movimientos sociales infravalorados.