El dueño de El submarino ofrece a sus clientes una experiencia virtual a través de unas gafas y de un periscopio que tiene en la parte superior del 'food truck'. Una atracción por la que cobra dos euros y que es un fracaso porque no funciona.

En el juego tienen que salvar a una población de un tiburón blanco. Sin embargo, el chef de Pesadilla en la cocina no puede ver porque falla. "Si no funciona la realidad virtual se convierte en una realidad de mierda, ¿no?", le dice a Manuel.

Otros momentos destacados

El primer servicio llega a El submarino y empieza siendo caótico. Manuel se dedica a mandar a base de gritos y Carmen y Verónica, cansadas de su actitud, abandonan el "barco".

Tras el abandono, los comensales se van de El submarino sin comer y el dueño se queda totalmente solo después de que Carmen y Verónica abandonen el 'food truck'. A pesar de ello, Manuel sigue apostando por su idea de negocio que cree que es un éxito y cuestiona la profesionalidad del chef. "¿No te has equivocado nunca?", le desafía.

Después de darse una oportunidad y reformar El submarino, arranca el servicio de reapertura que se desarrolla entre cagada y cagada de Manuel. "No te mato porque voy al talego después", comenta Chicote. Afortunadamente, salen a flote y termina el servicio siendo un éxito.