Calculadora en mano, Alberto Chicote regresa a El Palomo para intentar poner orden a las finanzas del restaurante junto a Lorenzo y Antonio, sus dueños. La situación es, cuanto menos, preocupante y hay cuentas que no terminan de cuadrarle al chef de Pesadilla en la cocina.

"La contabilidad del negocio es que todos los días cojo el dinero que haya. Que hay 400, cojo 400. Mañana tengo que ir a comprar y se va pagando", explica Antonio, que asegura que han perdido mucho dinero por no tener datáfono. "Vienen a pagar con tarjeta y cuando les digo que no se puede, me dicen que van al banco y ahora espéralo, y hay quien no regresa", reconoce Lorenzo. "Nosotros somos muy confiados", reconoce su hermano.

Alberto Chicote se preocupa por esta situación y saca de sus bolsillos unas comandas que se apuntaron en el servicio anterior. "Este es un dinero que debería estar en la caja y no está", asegura para proceder a a hacer números y descubrir el desbarajuste económico ante los asombrados dueños de El Palomo.

"Nosotros no cobraremos, pero el personal cobra. De toda la vida, el trabajador está el primero. Nosotros no estamos teniendo beneficios desde hace 5 meses", relata Antonio. "Me da mucho coraje que yo venga aquí a trabajar con la edad que tengo y no ganar un sueldo. Lo que hace uno es el tonto", se lamenta Lorenzo ante las cámaras de Pesadilla en la cocina.

"¿Cómo puede ser que un sistema tan caótico y que os genera pérdidas sea el que seguís manteniendo?", les pregunta el chef.