En 496 días, Jorge Ignacio Palma pudo sumar 11 víctimas. Eso es lo que sostiene la Fiscalía, que le acusa de tres delitos de homicidio, once de abusos sexuales y un delito contra la salud pública.

Narcotraficante colombiano afincado en Valencia, Nacho Palma ve cómo a sus 40 años los delitos se le acumulan. Su última víctima fue Marta Calvo. Su desaparición el 7 de noviembre de 2019 en Manuel hizo saltar todas las alarmas y puso a Palma bajo el foco policial.

Desde el principio los investigadores sabían que ella no era su única víctima: "Tenemos conocimiento de la existencia de otros encuentros sexuales en los que estaría posiblemente vinculado Nacho y que se habrían saldado con el fallecimiento de las mujeres", expone el atestado que la Guardia Civil entregó en su día al juez de instrucción. En él se recoge también el testimonio de varias mujeres, víctimas de Nacho Palma, que aseguraron que tras el encuentro sexual con el acusado no se encontraron bien: "Me dio un ataque y convulsioné".

Con todas sus víctimas utilizó el mismo 'modus operandi': contactó con ellas a través de redes sociales y les propuso mantener relaciones sexuales con cocaína. Una vez juntos, el investigado les introducía cocaína en sus genitales sin que ellas se dieran cuenta.

Una de las víctimas, tras su cita con Palma, incluso le escribió para reprochárselo: "Hola. Oye, no sé qué pasó el otro día pero he estado casi 3 días mala, intentando recuperarme, encontrándome muy mal, como si hubiera tomado otra cosa". Otra ha relatado cómo fue su encuentro con el presunto asesino: "Entonces comprendí, caí en la cuenta, de lo que me había pasado esa noche. Lo que iba era a matarme de una sobredosis".

Para la madre de Marta Calvo, Marisol Burón, Jorge Ignacio Palma es un claro depredador sexual y un asesino en serie que ahora tendrá que rendir cuentas con la justicia.