Seminuevas, de kilómetro cero y bien cuidadas. Como anuncio, parece atractivo, y más si han servido para escoltar al papa Benedicto XVI. Es la carta de presentación de las seis motos Harley Davidson a las que ahora, el Ayuntamiento de Valencia, quiere dar salida. "Vamos a ver cuales son las mejores opciones para sacarles la mejor rentabilidad", explica Sandra Gómez, concejala de protección ciudadana del Ayuntamiento de Valencia.
Se compraron en el año 2006. La ciudad de Valencia, de la mano de Rita Barberá, quería vestir de gala el encuentro mundial de las familias. Las motos se utilizaron para abrir paso al papa móvil entre banderas, confeti y aplausos.
Que esa imagen esté en la hemeroteca de los valencianos le costó al Ayuntamiento 82.000 euros. Ya entonces la oposición criticó el gasto por excesivo e innecesario, pero el PP argumentó que la marca les estaba haciendo un buen precio.
Ahora, la función de las seis motos es acumular polvo en el garaje. "Ya se han acabado las políticas de despilfarro y de foto de un día", explica la concejala Sandra Gómez.