Y precisamente, ahí está, en la imputación de su hija menor. El rey ha recurrido para su defensa a Miquel Roca. "Acepto la defensa", dice. Firme en su respuesta, pero mucho más comedido en los vínculos. Su elección responde, dicen, a una petición expresa del Rey, aunque Roca opte por el silencio.

A la pregunta de: ¿Ha sido una petición....? Responde: "No digo nada más". Se muestra discreto, guardando las formas y alzando muros. Es una auténtica roca. Fiel a toda una relación labrada durante años. Padre de la Constitución, con el Rey ha compartido el vaivén de la historia, y van camino de las cuatro décadas.

Dado a los coloquios, Roca tiene fama de estupendo anfitrión y de frecuentar con soltura los actos públicos. Tantos, que los cubre a pares. Como en la inauguración del AVE y en la expo de Sevilla.

De este posado en pasillo hace 20 años, 1993, el mismo año  en el que la infanta Cristina entró en La Caixa. Ya saben que ella también está ahora de aniversario pues mantiene su rutina, lograda al parecer, gracias a Miquel Roca y su cercanía a la entidad.

Nacionalista catalán y hombre de leyes. Cuando dejó la política montó su propio despacho, 'Roca Junyent', que cuenta con varias sedes, desde Lleida a Shangai, y 240 profesionales. Roca es la cara visible.