Enrique Ortiz, de 52 años, posee un perfil único: principal acusado de la operación 'Brugal' e imputado en la trama 'Gürtel', en la que aportó dinero negro para financiar la campaña electoral de Francisco Camps. Ambicioso hasta la perdición. Aparece en conversaciones propias y ajenas siempre con las manos en la masa. He aquí un par de ejemplos.
Goza de la fama de ser un "solucionador de problemas", a raíz de una conversación en la que aseguraba haber comprado partidos para que el Hércules CF, club del que es máximo accionista, ganara y ascendiera a Primera División.
También ha ejercido de "inmobiliario". En plena operación 'Brugal' su intermediario, Rafael Gregory, fue cazado en unas conversaciones con el presidente del Partido Popular de Alicante, José Joaquín Ripoll y con su mujer, Margarita de la Vega, en la que les aseguraba que les "guardaría" dos pisos de lujo a cambio de la concesión de la gestión de la basura de la provincia.