Los peces están nerviosos, tanto pequeños, como grandes. Y todo por el  ruido  de una prospección petrolífera, y el nuevo peligro de nuestras aguas. Los primeros afectado serán los peces. Total: lesiones internas y son muy vulnerables estás ondas acústicas. Unas ondas acústicas que si superan los 230 decibelios, provocarán la muerte de los peces, si están a menos de 5 metros.

Sin embargo, si  la intensidad sonora está entre los 180 y los 213 decibelios y los peces que se encuentra  en un diámetro de 20 kilómetros terminaran con lesiones físicas. Y si los animales están a más de 2 kilómetros escaparan hacia otra zona. Todo porque tendrán que aguantar explosiones superiores, cada 10 segundos, durante  las 24 horas del día.

Pero estás prospecciones que se pretenden levantar desde la costa brava hasta las islas canarias, para buscar el ansiado oro negro, también pasará factura a otros sectores como el pesquero. Carlos Arribas, Ecologistas en Acción, dice que "los pescadores temen que haya una disminución en los recursos pesqueros". Y el turístico.

Y en caso de las Canarias, afectaría directamente al  agua. Porque las islas de Lanzarote y Fuenteventura utilizan desaladoras para el suministro de agua potable. La empresa Caer Energy quiere empezar las prospecciones el próximo  año y como consecuencia, el ruido del mar será sustituido por el de las prospecciones.