Por cuarta jornada consecutiva continúa la búsqueda con un sonar de Anna y Olivia, desaparecidas hace cinco semanas igual que su padre, sin que de momento se haya encontrado rastro alguno que pueda ayudar a dar con su paradero, informaron fuentes de la Guardia Civil.

El robot submarino ha realizado varias incursiones tras detectarse protuberancias en el subsuelo, bien alguna roca o basura depositada en el lecho marino, pero nada relacionado con el caso. En uno de los casos el objeto extraño detectado con el sonar era una bolsa de basura.

Las labores de búsqueda en el fondo marino están resultando muy complicadas, según fuentes de la investigación consultadas por Efe, pues el terreno es rocoso y lleno de precipicios. La previsión inicial es que la búsqueda dure entre ocho y nueve días de forma ininterrumpida las 24 horas.

Por el momento, se centra en un área de unas diez millas cuadradas, frente al litoral de Santa Cruz de Tenerife, que el buque del Instituto Español de Oceanografía viene rastreando desde el pasado domingo.

La zona, acordada por Guardia Civil y personal del buque, es la delimitada por el geoposicionamiento del móvil del padre de las niñas, Tomás Antonio G.C., quien se hizo a la mar en dos ocasiones en la noche del 27 de abril, cuando se le perdió el rastro.

A bordo del Ángeles Alvariño están siempre dos agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que dirige la investigación, que se van turnando cada ciertas horas, dado que la búsqueda bajo el mar se desarrolla de día y de noche.

Este buque oceanográfico realiza una prospección con sonda multihaz con el que, a una velocidad reducida, va realizando varias pasadas sobre un mismo punto, con lo que se gana en resolución. La sonda multihaz permite hacer una cartografía con una batimetría precisa que facilitará el posterior trabajo del robot submarino, según consta en la información facilitada por la Guardia Civil.

En esta labor de prospección con sonar se establecen calles paralelas que se solapan para cubrir toda la superficie a explorar. Durante este reconocimiento se van estableciendo marcas en las irregularidades del fondo que requieran una inspección visual a posteriori.