Joan, hermano de Helena Jubany, la joven asesinada en Sabadell en 2001, ha afirmado en Más Vale Tarde que han aportado nuevas pruebas al juez para que se reabra y se resuelva el caso de su hermana, que prescribirá dentro de un año. "Nosotros lo que estamos haciendo es aportar nuevas pruebas, ponérselas sobre la mesa al juez y que el juez en función de la aportación de estas pruebas decida la reapertura de la causa judicial y que encargue a la Policía Judicial que sigan investigando a fondo hasta llegar al final y saber la verdad de lo que ocurrió", ha contado.

Asimismo, Joan Jubany ha asegurado que todas las pruebas que han presentado "desmontan las coartadas de los sospechosos, como la que estuvo fabricando Santiago Laiglesia sobre su implicación en el crimen", . Laiglesia era en el momento del asesinato de Montserrat, quien se suicidó tras entrar en prisión por su implicación en el crimen.

"No entendemos por qué el juez la mandó solo a ella a prisión y no a la persona que convivía con ella y desde donde mataron Helena", ha expresado el hermano de Helena Jubany, indicando además, que Montserrat "se suicidó en la cárcel dejando una nota en la que decía que se consideraba inocente porque para ser asesino hay que ser el autor material de los hechos".

"Nosotros siempre hemos entendido que con esta nota de suicidio Monsterrat estaba diciendo que ella participó en cierta manera, estaba al corriente del asesinato de Helena, pero que ella no fue quien la arrojó por la terraza. Por tanto, entendemos que Montserrat sabía cosas, pero se suicidó para no delatar al resto de autores del crimen", ha manifestado Joan.

Así ocurrieron los hechos

Helena Jubany, una joven de 27 años que trabajaba en una biblioteca de Sabadell, disfrutaba de su tiempo libre con amigos, entre otros, con sus compañeros de la Unión Excursionista. Definida por su entorno como una chica "abierta, alegre y familiar", el sábado 2 de diciembre de 2001 había quedado con su padre, pero nunca se presentó. Lo que él no sabía entonces, era que en ese momento su hija llevaba ya más de diez horas muerta.

El cadáver de Helena Jubany apareció en un solar de Sabadell totalmente desnudo y con extrañas quemaduras. Su ropa estaba doblada en la azotea desde la que, según las primeras hipótesis, se precipitó al vació.

Sin embargo, su familia siempre ha tenido claro que era imposible que Helena se suicidase. Así nos lo aseguraba también su hermano en una entrevista hace cuatro años: "Una persona que está en estado inconsciente, que no se puede mover, mucho menos se puede subir a un tejado, saltar la tapia y tirarse desde un quinto piso", aseguró.

Esto finalmente lo demostró el análisis toxicológico que se le realizó: la joven de 27 años había sido asesinada. En su cuerpo se encontró una gran cantidad de barbitúricos, los suficientes como para dejarla en coma durante las 48 horas previas a su muerte en las que nadie oyó nada.

Las primeras pistas llevaron a los investigadores hasta dos meses antes del crimen. Helena recibió entonces extraños anónimos. El primero, que la joven encontró en la puerta de su casa, venía acompañado de un vaso de horchata y una pasta. El segundo traía un zumo de melocotón y con esta advertencia: "No nos hagas un feo". En esta ocasión, Helena picó y ese día, tras beber el jugo se sintió mareada. No tardó en descubrir que llevaba disuelto un somnífero.

Los extraños anónimos fueron claves en la investigación. En ellos se mencionaba al grupo de la Unión de Excursionistas de Sabadell y el círculo rápidamente se estrechó sobre cuatro sospechosos. Uno de ellos era Montserrat Careta, una joven maestra que vivía en el inmueble donde hallaron el cadáver de Helena. Además, el informe grafológico la señaló como una de las autoras de los anónimos junto a Ana Echaguivel.

El tercer sospechoso sería Santiago Laiglesia, el novio de Montserrat, y el cuarto un amigo de Helena. Pero solo las dos chicas ingresaron en prisión, tras los que el juez archivó el caso. "El novio de esta chica fue intocable. Él era abogado y conocía los ritmos del juicio", afirmó Joan Jubany, padre de la joven asesinada. Para la familia, Laiglesia lleva 19 años evitando la verdad. Creen que sólo él podría resolver el crimen de Helena Jubany.