Era subdirectora del diario ADN y la despidieron cuando estaba embarazada. Ahora se encuentra sin trabajo y no puede acceder ni a una casa de alquiler. Asegura que cuando estaba empleada y empezaron los EREs, le pidieron que se hiciera autónoma, prometiéndole que facturarían por ella, algo que ni hicieron. La consecuencia más grave de todo ello es que no pudo acceder al paro.

"El martes por la tarde llamaron a la puerta de mi casa y me notificaron que iba a ser desahuciada. Es algo que no puedo parar, y aunque pueda, ya no sirve de nada porque ya somos 400.000 familias las que estamos en la calle".

El perfil del desahuciado ha cambiado. Antes solían ser inmigrantes sin recursos. Ahora, se trata de gente preparada, como Cristina: editora, escritora y periodista que ha ganado dos premios de novela, con una editorial que ha publicado ochenta libros... "No he parado de trabajar con 23 años de profesión".