Segunda jornada de protestas en Cataluña tras conocerse la sentencia del juicio del procés, que condena a los políticos independentistas a penas de entre nueve y 13 años de cárcel.

Si en el primer día, los momentos más tensos se vivían en el Aeropuerto de El Prat, donde miles de personas trataban de colapsarlo y los agentes de seguridad cargaban con los manifestantes que se encontraban tanto dentro como fuera de las instalaciones, el punto crítico en esta jornada ha sido frente a la Delegación del Gobierno.

Allí, los manifestantes han tratado de saltarse el cordón policial y romper las vallas que impedían el avance de la marcha y los Mossos d'Esquadra han recibido la orden de cargar.

Carlos Quílez, experto en Seguridad, explica tras esta primera carga que "entre los manifestantes hay agentes de paisano, de la Policía Nacional y de los Mossos d'Esquadra, que informan de los movimientos que hay entre la masa".

Además, asegura que en el momento en el que el mando policial técnico decida cargar, "en cuestión de cinco minutos queda desalojada esa zona", porque las dotaciones de la Policía y los Mossos son suficientes. Eso sí, "lo harán siempre y cuando haya riesgo para la Delegación", si no lo hay, intentarán "no ceder a las provocaciones".