Al último ya le han puesto cara y oratoria zoofílica, pero los hay que, sin perros de por medio, también han creado escuela. A la cabeza de todos, indiscustiblemente, Reig Pla. Por algo le llaman, don Erre que Erre, pero ya les hemos dicho que no está solo.

De cerca le sigue el obispo de Córdoba, con el que comparte conspiranoia. Empeñados los dos en alertar sobre un poderosísimo lobby gay con influencia en las altas esferas: "La Unesco quiere hacer que la mitad de la población sea homosexual".

La clave está, van a ver, en ser homófobo sin ofender: "Con todos los respetos, digo que la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad. Muchos casos se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado" llegó a manifestar el cardenal Fernando Sebastián

Aunque en esto también lleva ventaja Reig Pla asegura que cura a los que sufren AMS, "atracción por el mismo sexo". Por una homilía de hace dos Viernes Santos le declararon persona non grata en Alcalá de Henares, su territorio arzobispal.

Y no es el único. Nada más llegar a San Sebastián, los colectivos homosexuales pidieron a la Fiscalía que siguiese los pasos de Munilla.

Lo mismo pasó con la Fiscalía de Tarragona en cuanto habló el obispo de Tarragona, Jaume Pujol Balcells: "Hay comportamientos que no son adecuados ni para la persona ni para la sociedad".

Por supuesto no se salva ni uno. Hasta el que fuera gran jefe de todos, Rouco Varela y la que fue su taimada mano derecha, Martínez Camino: "Las relaciones homosexuales son objetivamente desordenadas, si es enfermedad o no, eso no es competencia de la Iglesia"

Por eso los hay que, como Reig Plá, hasta se llevan premio por ser el azote de los homosexuales, aunque de eso él, no hable: "Nunca en la vida me oirás hablar de, es una palabra que yo no empleo".

Sea como fuere, tantos se han dado por aludidos que hasta en la misma puerta de la capilla de Reig Pla le dedicaron todo un acto de amor.