Delitos contra la intimidad y agresión sexual

Bea de Vicente, sobre el joven detenido por grabar a mujeres sin consentimiento: "Podría conllevarle hasta 15 años de prisión"

El joven detenido en Barcelona no solo grababa a mujeres sin su consentimiento: también las tocaba, las presionaba, y usaba sus datos personales para vender un curso de seducción.

Bea de Vicente, sobre el joven detenido por grabar a mujeres sin consentimiento: "Podría conllevarle hasta 15 años de prisión"

Lo que él vendía como "cursos de seducción" era, en realidad, una maquinaria sistemática de acoso, agresión y vulneración de la intimidad de decenas —probablemente cientos— de mujeres. Un joven de 25 años ha sido detenido en Barcelona por grabar con cámaras ocultas a mujeres en la calle sin su consentimiento, sonsacarles información personal y difundir esos vídeos en redes sociales para atraer clientes a su web. Ahora podría enfrentarse a hasta 15 años de cárcel.

La abogada Bea de Vicente ha sido clara: "El delito de revelación de secreto con difusión está penado con cinco años como mínimo. Si sumamos los indicios de agresión sexual, podríamos estar hablando de hasta 15 años de prisión", advirtió en Más Vale Tarde.

El detenido no solo grababa en secreto, sino que llegó a tocar a varias mujeres sin su consentimiento e incluso intentó besar a una de ellas, todo mientras registraba el momento en vídeo. Las víctimas no lo sabían. No dieron permiso. Y, sin embargo, sus rostros, sus voces, sus historias y sus cuerpos eran usados como material promocional para vender una farsa disfrazada de técnica de ligue. El precio del curso: hasta 3.000 euros.

"Lo que hacía no es seducción. Es acoso, es violencia. Cuando una mujer va por la calle y un hombre le toca el pelo, le pregunta dónde vive o le saca información personal, eso da miedo. Da pavor. Así no se liga, eso es un acoso, literal", sentenció Bea de Vicente.

La Policía Nacional ha encontrado más de 300 vídeos en los que el acusado aparece abordando a mujeres, la mayoría extranjeras, obteniendo datos sensibles mientras las grababa con cámaras ocultas. Todo este material estaba online, acumulando miles de visualizaciones, y convirtiendo el delito en un espectáculo rentable.

La denuncia que lo destapó llegó cuando uno de los vídeos superó las 700.000 visualizaciones, con una víctima claramente identificable y visiblemente incómoda. La investigación sigue abierta y las autoridades piden colaboración ciudadana para identificar a más afectadas.

La Fiscalía ya estudia el caso como un delito continuado contra la intimidad, con posibles cargos añadidos por agresión sexual y lucro ilícito mediante actos delictivos.