Uno de los momentos más emocionantes y emblemáticos de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 fue el encendido del pebetero olímpico.
El baloncestista Juan Antonio San Epifanio, Epi, prendía con la antorcha la flecha del arquero paralímpico Antonio Rebollo, que la disparaba ante un auditorio con la respiración contenida, encendiendo el pebetero de forma espectacular.
La flecha, en realidad, la flecha pasó por encima, sobre un sistema de gas preparado para encenderlo en se preciso momento. Rebollo, que hoy tiene 67 años y es ebanista, sostiene que si la tuviera que haber metido dentro lo habría hecho.
En declaraciones a Más Vale Tarde, recuerda el secretismo con que se gestó el icónico truco: "Aquí hay que callarse, no vaya a ser que lo divulguemos y se rompa el encanto", rememora.
"Se hizo una prueba, casi nos cargamos todas las tuberías que había por allí del 'cebollazo' que pegó", agrega el exarquero, que sentencia: "Como se tenía que hacer es como se hizo".
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Puedes ver el momento del encendido y sus palabras 30 años después en el vídeo que ilustra estas líneas.