Rosa López siempre ha cantado. Lo hacía en su habitación, frente al espejo, en el baño... Pero su primera actuación de verdad fue junto a sus tíos en un restaurante en Granada. Sin embargo, no quiso dejarse ver ante el público. "Me escondí detrás del piano para que no me viesen", asegura al respecto.
Lo recuerda como un momento "precioso" porque cuando terminó la canción todo el mundo la "aplaudió" y eso ya fue "como si hubiera entrado a Operación Triunfo, una experiencia tremenda". Para ella fue tan especial, que esa noche no pudo ni "dormir".
"Entonces, encontré algo con lo que me sentía bien. Empezaba a soñar y a ver que había algo que iba conmigo", señala. Tras ello, comenzaron las actuaciones en solitario en "bodas, comuniones, fiestas de Navidad y verbenas de pueblo".
Su salud mental
Rosa López dejó de recurrir al psicólogo antes de la pandemia, pensando que "controlaba un poco más", pero ahora se ha dado cuenta de que no es así. "Creo que debería volver a ir al psicólogo", le confiesa a Jordi Évole durante la entrevista en laSexta.
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