Hace 30 años que se estrenó la cinta Belle Époque, dejando tras de sí un éxito de crítica y público. En el reencuentro organizado por Lo de Évole, Fernando Trueba recuerda a la gente que ya no está y lo mucho que se les echa de menos. Entre ellos a Fernando Fernán Gómez y a Chus Lampreave.
"Chus Lampreave es una persona que me hubiera gustado verla todos los días", confiesa el director. "En Belle Époque pasó una cosa triste y bonita. Chus había dejado el cine porque una hija suya tenía una enfermedad terrible y estaba prácticamente vegetal. Y yo la llamé y le dije, quiero que vengas a hacer una película conmigo", cuenta Trueba.
"Te conozco, creo por ti deberías salir de tu casa y venirte a Portugal y se vino", explica el director, que cuenta que en una cena la vio riéndose en una loca y fue maravilloso porque le dijo: "Hacía que no me reía 7 años". Puedes ver la anécdota completa en el vídeo superior de la noticia.
"No conozco a nadie que no haya sufrido depresión o ansiedad"
¿Han necesitado ayuda en momentos 'jodidos' de la profesión? Ariadna Gil afirma que buscó ayuda cuando se dio cuenta de que no podía superar un dolor: "Me medicaron y me ayudaron a volver a la realidad". Por su parte, Penélope Cruz afirma que no conoce a ningún actor que no haya sufrido ansiedad o depresión. Puedes verlo en este vídeo.
"Si no llegas a la mierdecilla de tu herida no cambias"
En el programa Jordi Évole le comenta a Miriam Díaz-Aroca que "hacia un montón que no la veía". "Parece que cuando las personas de televisión no salimos por la 'tele' hemos muerto. Pero hay otras cosas más allá", responde la actriz que le explica que también es interventora estratégica.
"Soy interventora de alto impacto para que empieces a ser feliz de una puñetera vez. Todas mis miserias y mis sombras las he conocido y las he entendido y les puedo enseñar a los demás que las puedo cambiar", explica Miriam Díaz-Aroca.
Hemeroteca Lo de Évole: Rosa López
Rosa López desvela que su padre "era un buscavidas": "Nuestras vacaciones eran estar entre una hormigonera de prestado"
Rosa López recordó en Lo de Évole que su padre "compraba casas, las echaba abajo, las arreglaba y las vendía": "Era un 'buscavidas', nuestras vacaciones eran estar entre una hormigonera de prestado, arena de la más barata, cemento, bloques y ladrillos".