El cocinero David de Jorge ha llegado a perder 130 kilos. En el restaurante Martín Berasategui está enmarcado y expuesto el pantalón que usaba cuando pesaba 267 kilos, y en una entrevista con Cristina Pardo ha querido explicar cómo era su vida entonces: "Mi nevera era un despropósito. Los kilos eran ganados a pulso, el desajuste, el no hacer ejercicio, el acumular durante un montón de años...". Asegura que no lo llevaba bien y que "en el fondo no era feliz con un tema de salud tan complicado".

"Era consciente de mi putada a todas horas del día", destaca. Y ejemplo de ello cuenta algunas situaciones que vivió, como caerse de una silla rota en una cena de gala con los reyes o quedarse atrapado en el asiento de un avión, entre los reposabrazos. "El rollo del peso, tener que estar pendiente de lo que comes o no comes, es como una dictadura", zanja el cocinero.