Este jueves hemos escuchado por primera vez lo que cuentan los soldados rusos a sus familias cuando creen que nadie les escucha. En total se han recopilado 4.000 conversaciones telefónicas -privadas- que fueron interceptados por el Ministerio de Defensa de Ucrania y el el 'New York Times' las ha analizado. El resultado es una radiografía de lo que piensan de verdad los soldados rusos enviados al frente. Primera clave, así hablan de la estrategia de Putin para tomar Kiev:

"Putin es idiota. Quiere tomar Kiev pero es imposible que lo consigamos". Pero no es la única crítica que presentan contra el Gobierno ruso cuando hablan con sus compañeros o familiares. No, tal y como apuntan, los problemas son constantes: "Esta guerra es la decisión más estúpida que ha tomado nuestro gobierno. Putin está gravemente equivocado". Pero estas declaraciones van más allá: los soldados llegan a confesar que están presenciando o participando en crímenes de guerra.

Esto podría indicar que las masacres registradas en zonas como Bucha fueron reales. "Conducíamos y los cadáveres yacían en la carretera. Hay extremidades esparcidas, hinchadas. ¡Y son malditos civiles!", se les escucha decir a los militares sobre las fosas comunes. Precisamente, sobre los civiles ucranianos también hablan. En otra conversación interceptada, un soldado indica a otro: "Nos ordenaron matar a todos los (civiles) que viéramos". El compañero pregunta la razón, y este le contesta: "Porque podrían revelar nuestras posiciones (...)".

(Los nuestros) son malditos salvajes, están robando todo. Picadoras de carne, destornilladores, maletas..."

Conversación de un soldado ruso con su madre

Conversan incluso sobre los saqueos en las ciudades tomadas, porque todo apunta a que no han dudado en repartirse los botines de estas zonas. Otra conversación que lo prueba: un efectivo le pregunta a su mujer qué televisión quiere: "¿LG o Samsung?". Ella pregunta cómo va llevarla a Rusia, y su pareja contesta: "Bueno, lo resolveremos. Unos se llevaron televisores del tamaño de cuatro camas". Son saqueos a la carta.

Al hilo de esta cuestión, uno de los soldados reconoce a su madre que las fuerzas rusas "son malditos salvajes" porque "están robando todo". "¿Los nuestros?", pregunta ella, y él responde: "Por supuesto... picadoras de carne, destornilladores, algunas maletas". Y en la misma línea, se dan incluso peticiones. "Sergey, ¿vas a traer también una aspiradora?", se escucha decir en esas grabaciones, a lo que Sergey responde: "Sí, ya empaqué".

¿Por qué dice que ya la "empaquetó"? Porque como se puede ver en unas imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa de Ucrania, los soldados rusos están enviando todo lo saqueado a sus hogares en correo. Al margen de los saqueos, también se plantea en esos audios no tomar prisioneros y sí llevar a cabo matanzas por una razón muy concreta: falta de comida en las filas rusas. "¿Por qué no los tomaste prisioneros?", pregunta una mujer a su marido, y el soldado no duda: "Habríamos tenido que alimentarlos, y no tenemos comida ni para nosotros".

En dichos audios también se deduce una conclusión cada vez más común entre las tropas rusas: que fueron a la guerra prácticamente sin saber nada de nada. En una de esas miles de conversaciones captadas por el gobierno ucraniano, se escucha decir a un soldado ruso: "Nadie nos dijo que íbamos a la guerra. Nos advirtieron un día antes", y otro señala: "Entrenamos solo tres días. Fuimos engañados como niños pequeños"; también, que se encuentran indefensos en esa guerra: "El equipo de la OTAN es mejor que el nuestro. Todo aquí es antiguo".

Finalmente, de las grabaciones se recoge una idea clave en todo este conflicto: el estado de ánimo es muy bajo. "Un tío está llorando y otro se suicida. Estoy enfermo y cansado", "voy a renunciar, por el amor de Dios...", "estoy harto y cansado. Pero ¿donde más puedo ganar tanto dinero?". Son algunos de los planteamientos que hacen los militares rusos cuando creen que nadie más les está escuchando.