Ha sido la amenaza del día. Un momento de incertidumbre política que hace recordar el clásico "es mi escatergoris y me lo llevo". Puigdemont, líder de Junts, afirmó ayer que, a mitad de mandato, podría plantear una moción de censura si el gobierno no cumple con su acuerdo, incluyendo la tan ansiada amnistía. No descarta aliarse con el PP para destituir a Sánchez si hubiera un presidente independiente a la formación de Feijóo. Así se lo comunicó a Manfred Weber, líder de los populares europeos, señalado por Feijóo como su ariete en Europa contra la amnistía.

Cuentan que fue Puigdemont quien se acercó a Weber y se quejó de ser considerado terrorista. Además, le expuso el concepto de "lawfare" y la posibilidad de un referéndum, aunque, según algunos, esta amenaza parece más política ficción que realidad.

Parece poco creíble, sobre todo considerando que una moción de censura en España es constructiva. Para derribar a Sánchez, PP, Vox y Junts deberían ponerse de acuerdo en un candidato, un combo raro. Aunque hoy lo han desmentido, dicen que no se habló de moción de censura. Junts, sin embargo, con esta amenaza, busca reivindicarse y recordar que tiene la llave de la estabilidad, contrarrestando el mantra de Sánchez de que no hay alternativa a este Gobierno. La moción parece imposible, pero podría desestabilizar al gobierno bloqueando todas las leyes.

Junts hasta ahora tenía una postura clara. No negociaban nada con el Gobierno y eran críticos con Esquerra. Ahora, han entrado en la negociación. Con estas amenazas, recuerdan que los que mandan ahora son ellos, intentando contrarrestar el mantra de Sánchez de que no hay alternativa a este Gobierno. Puigdemont, con la amenaza, sugiere que sí hay alternativa. Aunque la moción de censura parece muy difícil, recordemos que es constructiva, y por tanto, habría que votar un candidato que apoyara PP, Junts y Vox. Podría desestabilizar el Gobierno impidiendo que salgan adelante muchas reformas.

Derrocar el Gobierno a mitad de mandato

Junts siempre ha dicho que la estabilidad del Gobierno dependería del cumplimiento de los acuerdos. A mitad de mandato, dos años, sería un buen momento para evaluar. Si no hay avances, Puigdemont amenaza con una moción de censura. Además, las elecciones en Cataluña serían a principios de 2025, lo que añade presión al Gobierno para cumplir.

La unión no es tan descabellada en lo económico. Históricamente, Convergencia, de donde viene Junts, ha estado más cerca del PP que del PSOE. En la legislatura pasada, votaron en contra de presupuestos, de la ley de vivienda y se abstuvieron en el tope al gas. Puigdemont recuerda que incluso en el asunto de Israel y Palestina coincidieron. Ahora, Junts vuelve al juego de la aritmética parlamentaria, decantando la balanza hacia izquierda y derecha.