Algunos ministros han trascendido las carteras convencionales, convirtiéndose en auténticos 'superministros' que dejaron huella. Desde Miguel Boyer hasta Juan Alberto Belloch, repasamos las figuras que asumieron responsabilidades múltiples, desafiando las expectativas y marcando hitos en la historia política del país.

En 1982, Miguel Boyer se erigió como el primer 'superministro' al asumir las carteras de Economía, Hacienda y Comercio. Su gestión estuvo marcada por la liberalización de horarios comerciales y la modificación de la ley de Arrendamientos Urbanos. Sin embargo, su episodio más sonado fue la expropiación de Rumasa, que desencadenó un calvario legal con José María Ruiz Mateos.

En la década de los 90, Juan Alberto Belloch se convirtió en el máximo exponente del 'superministerio' al liderar las carteras de Justicia e Interior entre 1994 y 1996. En un período marcado por la actividad de grupos terroristas como ETA y el GRAPO, así como el secuestro de Publio Cordón, Belloch enfrentó desafíos cruciales, incluyendo los GAL, que definieron su mandato.

Diez meses después de la salida de Belloch, en 1996, José María Aznar designó a Rodrigo Rato como el nuevo 'Superministro' encargado de las carteras de Economía e Industria. Rato centró su gestión en la lucha contra el fraude, consolidándose como un referente en la política económica del momento. Su nombramiento marcó un hito en la historia de los ministros que asumieron roles múltiples.

En las últimas décadas, Luis de Guindos y Pedro Solbes envejecieron mal las declaraciones al compaginar la cartera de Economía con otras grandes competencias. De Guindos asumió las responsabilidades de Economía, Industria, Energía y Turismo, mientras que Solbes gestionó Economía y Hacienda. Una práctica que otros líderes, como Rajoy, Rubalcaba y Sáenz de Santamaría, también adoptaron al combinar importantes ministerios con roles destacados en el gobierno.

En 2009, José Luis Rodríguez Zapatero sorprendió al sumarse a la lista de 'superministros' al asumir la responsabilidad de Deportes, además de su papel como presidente del Gobierno. Separando la cartera de educación y teniendo la secretaría de Estado bajo su dirección, Zapatero demostró que su liderazgo trascendía las fronteras de un único departamento ministerial.