El expresident de Cataluña y candidato de Junts a las elecciones del 12 de mayo, Carles Puigdemont, ha asegurado que si no es presidente de la Generalitat, dejará la "política activa". Así lo ha señalado en una entrevista donde ha asegurado que él no puede "hacer política activa" si no tiene "la responsabilidad de la presidencia, que es lo que importa".

Puigdemont ha adoptado una postura de "todo o nada" de "o presidente o lo dejo", una fórmula radical, reflejando su estilo característico y su determinación en alcanzar objetivos políticos. Sin embargo, no es el único político que ha usado ese "o me apoyáis o me largo" y a algunos les ha salido mal y a otros bien.

Un ejemplo reciente es Manuela Carmena, exalcaldesa de Madrid, quien en 2019 afirmó que no permanecería como jefa de la oposición si no ganaba las elecciones. Tras no conseguir la mayoría suficiente, cumplió su palabra y renunció a su cargo político, tras pasar el cargo a Almeida.

Sin embargo, hay casos en los que este tipo de estrategia ha resultado exitosa. El expresidente del Gobierno, Felipe González, amenazó con dimitir en caso de que el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN no tuviera el resultado deseado. "No queremos el ingreso de España en la OTAN", González pedía "un voto maduro, un voto consciente, por el sí", se lo pedía también a "aquellos que, diciendo que no, no se dan cuenta de que se puede romper una parte importante de un proyecto político". El resultado, con el 52% de los votos a favor, le dio la victoria y reafirmó el impacto que pueden tener las amenazas políticas en la toma de decisiones.