No es la primera vez que el sumergible Titan viaja a cuatro kilómetros de profundidad para ver los vestigios del Titanic. En las otras dos ocasiones sí que lograron regresar a la base. El primero fue en 2021 y en el segundo, en 2022, cuando se grabó por primera vez el Titanic fue grabado por primera vez en 8K.

En dicha expedición se embarcó un periodista de la CBS y un youtuber mexicano que grabaron su experiencia. En las otras dos ocasiones todo salió bien y sus tripulantes siguen contando su hazaña. Más allá de los titulares, había muchas señales de que el sumergible no era del todo fiable.

Llegó a hablarse incluso de los potenciales riesgos catastróficos que tenía un submarino que tiene una ventana diminuta para ver el Titanic. Quienes han estado dentro aseguran que es como mirar a través de la puerta de una lavadora.

El director de operaciones marítimas de la empresa aseguró ante un juez que la ventana no solo no podía aguantar los 4.000 metros de profundidad, sino que no llegaba ni a la mitad, quedándose en 1.300 metros. Tanto es así que su nivel de preocupación le hizo decir que los "peligros potenciales para los pasajeros del Titán alcanzaban niveles extremos".

Ante el juez también dijo que los turistas "no eran informados de que el diseño era experimental" o que la empresa "no quería pagar por certificaciones". No solo lo vio él, también 38 expertos que firmaron una carta en la que trasladaban su "preocupación unánime" porque un viaje en Titan podía tener resultados "catastróficos".

La empresa nunca superaría los más altos estándares porque decían que no tenían por qué si las "agencias de clasificación solo se fijan en la embarcación y la gran mayoría de los accidentes son por un error humanos". "La innovación no se certifica", añadían.

El periodista de la CBS que viajó dentro contó cómo firmó, efectivamente, que el viaje era experimental, pero también cómo las piezas del submarino le parecían todas, cuanto menos, apañadas. Este sumergible va sobre un barco, lo que legalmente se consideraría como cuando un bote viaja en el remolque de un coche. El coche tiene que pasar la inspección, pero no el barco.

Finalmente, los peores persagios se han hecho realidad y se ha confirmado que el aparato implosionó debido a la pérdida de presión, provocando la muerte de las cinco personas que iban en su interior.