Hoy el bullying está en el centro de todo. El acoso escolar tiene un impacto duradero en el bienestar físico y emocional de quienes lo sufren. En España, uno de cada diez niños lo sufre y alrededor de 200.000 jóvenes, de entre 14 y 28 años, se suicidan al año en el mundo por sufrir acoso, segúndatos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un problema que necesita una solución. Y la mejor manera de resolverlo es aprender a prevenirlo.

En nuestro país, el Ministerio de Educación, ha hecho un estudio en el que señala que el 9,53% del alumnado de Primaria ha sufrido acoso. Y el 9,2% ciberacoso. Unas cifras que se quedan muy cortas para las agrupaciones contra el acoso escolar. Sus estudios hablan de que más de un 25% de alumnos sufren bullying. Y las niñas y niños que sufren acoso, no lo sufren de forma puntual, es algo que se alarga en el tiempo. Más del 27% de los casos duran más de un año y el 42% se prolonga durante unos meses.

Los insultos, los motes y las burlas son la forma más habitual de hacer bullying. Casi el 90% de los agredidos han sido insultados, al 32% les han marginado, les han dejado de lado, y casi un 20% han sido agredidos físicamente, con patadas o golpes. El principal motivo por el que se meten con las víctimas es por su aspecto físico. Le sigue las cosas que dicen o hacen. Y un 25% sufre acoso por su cultura, raza o religión.

El acoso es más habitual en chicos que en chicas. Y suelen actuar más en grupo. El 70% de los caso lo hace más de un agresor, frente al 30% que lo hace una persona sola. Ante estas cifras, las agrupaciones contra el bullying piden que se tomen medidas. Porque en España, el 99% de las veces es la víctima la que tiene que cambiar de colegio. Mientras que en Francia, tras el suicidio de una alumna, quieren obligar a los agresores a cambiar de escuela y están estudiando la posibilidad de confiscar los teléfonos de los autores de casos graves de ciberacoso o incluso prohibirles el uso de las redes sociales. Además, van a crear un curso de empatía que se incluirá en el plan de estudios.

Las actividades de sensibilización son importantes porque la mayoría de los agresores, si se da cuenta de que está haciendo daño a la víctima, asegura que no lo seguirá haciendo. Por eso, es primordial la incorporación de educadores sociales, psicólogos o impartir una formación específica para los profesores en los colegios. Es importante también que se destinen recursos para poder detectar los casos a tiempo, y sobre todo, educar para que no se produzcan más casos de abuso.