La ciudad de Gernika será declarada como un lugar de memoria, de recuerdo por el bombardeo del 26 de abril de 1937. Hace 86 años la aviación nazi aliada del general Franco destrozó una de las ciudades más simbólicas del País Vasco. Fue un ataque planeado en cuatro fases.

La primera de las cuatro fases del bombardeo de Gernika tenía como objetivo destruir los tejados: dejar todos los edificios a la intemperie. Un ejemplo: la estación de tren. Fue una de las primeras construcciones que recibió los proyectiles. El techo desapareció.

Tras destruir los tejados, comenzó la segunda fase: ametrallar al que huía. Los aviones empezaron a volar en círculos, dando vueltas sobre Gernika. Cada uno de los cazas disparaba 40 proyectiles por segundo con sus metralletas. Todos aquellos que intentaron escapar fueron acribillados desde el cielo.

Después de ametrallar a los supervivientes, los aviones regresaron al centro de la villa. Es la tercera fase del bombardeo de Gernika. El objetivo era quemarlo todo. Los aviones cruzaban el pueblo arrojando bombas incendiarias. Como habían destruido los tejados en la primera fase, entraban directamente a las casas. Ardía todo el entramado de madera y las casas se desplomaban.

Ya con el pueblo en llamas, llegó la cuarta fase del bombardeo: despedirse matando. De las tres horas que duró el ataque, la mitad corresponde a esta fase. Un círculo de fuego que abrasa a la población. Guerra total. Eso fue Gernika. Bombas y ametrallamiento en un día de mercado.