El extesorero del PP, Luis Bárcenas, ya ha abandonado la cárcel de Soto del Real y cumplirá el resto de su condena en un Centro de Inserción Social tras serle concedido su semilibertad. Gracias, en parte, a que ha participado en un programa de inserción para corruptos ya no volverá a dormir a la cárcel. laSexta Clave ha indagado sobre este programa, que se inició en 2021 y que va destinado a los aproximadamente 2.000 presos por delitos económicos que están encerrados en nuestro país.

Este programa está dirigido por psicólogos de instituciones penitenciarias, tiene la duración de un año y el objetivo es la reinserción.

Además del extesorero del PP hay otros presos ilustres corruptos que han hecho este curso. Por ejemplo, el cabecilla de la Trama Gürtel, Francisco Correa, quien se apuntó nada más crearse el curso el año pasado. También Iñaki Urdangarin, por el 'Caso Noos', aunque en su caso lo tuvo que hacer de forma obligatoria para mantener los beneficios que ya tenía.

Para saber cómo está enfocado este programa es importante conocer el perfil de un corrupto de cuello blanco y que les diferencia del resto de presos. Los que trabajan con ellos dicen que son personas con un autoestima muy elevada, un ego enorme, y les cuesta asumir la responsabilidad de lo que han hecho. Es como si pensaran que lo que hicieron no fue malo o tan grave. También creen que el éxito personal se mide no por lo que son si no por lo que tienen, de ahí su ambición por el dinero y si puede ser fácil, mejor.

El temario consta de casi 500 páginas y las asignaturas van desde la de 'Motivación al cambio' hasta la de 'Identidad', 'Valores' o 'Habilidades personales'. Todas muy dirigidas a su propia psicología, como si fuese una especie de programa de coaching.

Por ejemplo, para trabajar la humildad, los presos tienen que intentar aplicar una serie de consejos como apreciar el trabajo de otras personas, aceptar ideas y opiniones, ser agradecido o ayudar a otras personas a tener éxito. El interno tiene que rellenar estas columnas donde le preguntan en qué medida lo aplica en el día a día y le piden que de ejemplos de cuando lo utiliza o cuándo podría utilizarlo.

Muchos de estos presos han vivido en la opulencia gracias a lo robado y una de las actividades de los programas es obligarles a enfrentar la realidad para que comprendan que en el mundo también hay personas que lo pasan mal. El objetivo de este ejercicio es que desarrollen su empatía y para ello, por ejemplo, visionan vídeos de una ONG en los que les cuentan a los internos el drama de las personas sin hogar, personas que no tienen nada de dinero.

La obsesión que tienen por el dinero es otro punto que trabajan en el programa. Hay una sesión que se llama 'Dinero, Poder y Felicidad', un capítulo que incluye frases como "la dependencia del dinero tiene como una de las consecuencias más negativas de la infelicidad", "la correlación entre el dinero y la felicidad tiene un tope" o "después de cierto nivel de ingresos, las personas ven limitadas su capacidad para ser felices".

También cuentan con sesiones que se llaman 'Justicia restaurativa', en la que los presos se encuentran con víctimas de su delitos para pedirles perdón por el daño que les han causado.