"Chica de 41 años busca trabajo para servicio doméstico, también como dependienta". Este es el anuncio que publicó Isabel Cardín para buscar empleo. Sin embargo, las ofertas que recibió en respuesta no eran laborales, sino sexuales, mensajes de hombres que le ofrecían dinero a cambio de sexo. En cuestión de media hora, ya le habían enviado cinco proposiciones de este tipo, según ella misma relata.

"Se aprovechan de la desesperación laboral para satisfacer la sexual", resume Isabel. Además, ante su negativa, le dedicaban insultos: "Ya no es solo que te hagan ofertas de carácter sexual, es que si encima no cedes tienes luego que aguantar insultos", denuncia.

Su caso no es único, hasta el punto de que muchas mujeres ya incluyen en sus anuncios de búsqueda de empleo mensajes como "abstenerse hombres en busca de sexo" o "nada de masajes y sexo".

"Prácticamente me han ofrecido de todo", relata por su parte Fina Hernández, a quien en su búsqueda de trabajo le han ofrecido "desde películas porno a dinero por sexo duro" o limpiar vestida de "criada sexy". "Degrada bastante", lamenta Fina, que añade: "Te hace sentir un poco como diciendo 'Si yo lo que quiero es trabajar'".

La Roca lo comprueba en primera persona

El equipo de La Roca puso su propio anuncio para comprobar hasta qué punto esto es frecuente: en él, indicamos que necesitábamos trabajo de forma urgente cuidando personas o limpiando. Apenas cinco minutos después, llegaba la primera oferta: "¿Por 40 euros la hora harías limpieza vestida en ropa interior o algo sexy?". La misma persona iba más allá: "Si quieres ganar más dinero podemos hacer sexo o algo", ofrece, afirmando que nos pagará por ello 250 euros la hora.

Otro hombre directamente admitía por teléfono que "no habría contrato". "Sería quedar, conocernos... Yo te daría esos 30 euros al vernos y nos olvidamos de ello", afirmaba.

Un tercer hombre en un principio nos ofrecía un contrato aparentemente legítimo para limpiar. Sin embargo, posteriormente se revelaban su verdaderas intenciones: acababa aumentando su oferta y reconociendo que quiere mirar y masturbarse mientras limpiamos. "Yo te miro, pero no siempre, alguna vez. Tú vestida de calle, ajustadita, con un pantaloncito corto. Saldría 1.500. Si te pones llamativa te doy más", señalaba.

Inés Paz finalmente le revelaba que en realidad es periodista y le plantaba cara: "¿A usted le parece normal llamar a un anuncio de limpieza ofreciendo esto?", le planteaba, señalando que "detrás hay mujeres buscando un trabajo digno" y reprochándole que jugase con la necesidad de las personas.

El hombre, sin embargo, se defendía así: "¿Yo le he dicho algo malo a usted? ¿Le he faltado al respeto?". La periodista le confirmaba que, efectivamente, su actitud era una gran falta de respeto. "Yo no estoy haciendo nada malo", insistía sin embargo este individuo.