La necesidad de Tomás Gimeno por controlar a su expareja y saber los detalles de su nueva vida le llevaron a contratar a una detective, que quedó con él en julio de 2020.

Tras la desaparición de las niñas, la investigadora privada tardó una semana en reconocer a su cliente, hasta que le vio por televisión. Fue entonces cuando decidió informar a la Guardia Civil. Equipo de Investigación se pone en contacto con ella, pero la investigadora apunta que los datos son confidenciales.