La terraza está abarrotada, no hay camareros, los clientes se sirven solos, los precios son bajos y los servicios mínimos para unos bolsillos tocados por la crisis.  Sus clientes no son conscientes del inmenso negocio que generan ni de la guerra que se ha desatado en el sector pastelero. ‘Equipo de Investigación’ lo comprueba a solo unos metros.