Las toallitas hace menos de dos décadas que entraron en nuestros hogares y ya son indispensables. Sin embargo, cada año más de 4.000 millones acaban contaminando las aguas de ríos y mares. Mientras la industria de las toallitas crece un 8% cada año, los científicos trabajan para evitar la contaminación que causan.
Ignorar las advertencias de los fabricantes se ha convertido en un grave problema para las grandes ciudades, como es el caso de Valencia, donde las toallitas han atascado más de tres kilómetros del colector que lleva las aguas de la ciudad hasta el mar.
Los técnicos ya han limpiado la mitad y, en estos momentos, el tapón está debajo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Para acabar con él, las arcas públicas valencianas ya han desembolsado ocho millones de euros en la limpieza de este colector, pero acabar con el 'monstruo' de las toallitas puede costar otros 12 millones.
Aún queda kilómetro y medio de toallitas por desatascar. El tapón del colector que recoge el 60% de las aguas residuales de Valencia, llega hasta una depuradora y ya tratada el agua termina su ciclo en la playa de Pinedo.
Pero no todas las aguas residuales se depuran antes de llegar al mar. Residuos fecales, latas, plásticos, preservativos y toallitas convierten nuestras costas en un vertedero submarino de incalculables dimensiones.
Queremos saber cómo es la calidad del agua de nuestras playas y recogemos muestras por toda la geografía. En los últimos dos años, al menos una treintena han sido clausuradas por aguas contaminadas y el último año hemos perdido 25 banderas azules.
Llevamos a un laboratorio las aguas que hemos recogido durante el reportaje. Amparo Escribano Otero, doctora en CC Químicas, nos cuenta que en todas han encontrado "contaminantes químicos". Para Escribano, el lugar más preocupante es Gijón, donde sus aguas, "aparecen además de compuestos relacionados con el plástico y la industria, compuestos relacionados con combustibles fósiles como la gasolina o el petróleo que están catalogadas como potencialmente cancerígenas".
Hasta 115.000 toneladas de desechos tóxicos de la fábrica se arrojaron en un vertedero a 300 metros del río Gállego. Cerca de 50.000 vecinos pudieron beber el agua contaminada. Durante meses se movilizaron porque temían las consecuencias en su salud. Y es que el lindano contaminó las aguas de hasta 50 pueblos de la comarca.
Tras conocer el problema del lindano en Aragón, Equipo de Investigación pide una entrevista al Gobierno de Aragón. Sin embargo, tras negarse, averiguamos que Joaquín Olona, el máximo responsable de controlar los residuos contaminantes asiste a una conferencia sobre cambio climático y agua, por lo que decimos acercamos a hablar con él.
Esta es la respuesta del Consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad en funciones al preguntarle sobre el problema del lindano: "Lo que se ha hecho hace 30 años no es una cuestión de la que yo ahora tenga que responder".
Un experto nos muestra un mapa sobre las zonas de España donde hay mayor probabilidad de exposición humana al lindano, un compuesto carcinogénico y mutagénico, concluyendo que "en general, toda la península ibérica presenta homogéneamente riesgo de exposición".
Equipo de Investigación descubre que hay diez fincas sospechosas que pueden estar vertiendo de forma descontrolada aguas contaminadas con salmuera. Verter agua contaminada está penado con hasta dos años de cárcel. Sin embargo, siguiendo el recorrido de un canal con el coche, este nos conduce hasta la laguna de agua salada más grande de Europa.
Unas imágenes, tomadas en 2017, pusieron en alerta a los turistas y vecinos de Nerja. En ellas se puede ver a la red de saneamiento vertiendo aguas fecales sin depurar de los 100.000 veraneantes que se alojan en la zona. Los vertidos son a un kilómetro de la costa.