A menos de tres horas de avión de España, hay un país donde el acceso a la vivienda es un derecho. Enviado Especial viaja a la capital europea en la que la vivienda no es un problema para nadie.

Ocho de cada diez personas viven de alquiler a precios decentes. Está prohibido construir pisos nuevos de menos de 30 metros cuadrados. Y las rentas de los estudios pequeños en edificios antiguos no pueden superar los 90 céntimos el metro cuadrado.