Las celdas que hay en la cárcel de San Sebastián se compran o alquilan y están hechas por los propios presos.
El delegado de prisión explica que es un "régimen abierto" por ello se pueden encontrar dentro de la cárcel a mujeres de los presos y a sus hijos viviendo con ellos. Uno de los presos, condenado a 25 años por asesinato, les muestra su celda.