El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha entrado a valorar en El Objetivo el escenario político que ha llevado al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos a pactar la derogación de la reforma laboral de 2012 con EH Bildu a cambio de la prórroga del estado de alarma. En la entrevista, Puig ha cargado contra los grupos que no han apoyado esta medida.

"Algo serio está pasando en España cuando una cuestión tan elemental como el Estado de Alarma, que es la única vía para garantizar la restricción de la movilidad, al final acaba siendo un problema de carácter partidario", ha lamentado el dirigente valenciano, que ha afirmado que esta oposición "no es razonable".

Puig cree que, en lo relativo a la reforma laboral del PP, tiene que abordarse "una nueva estructura laboral desde el diálogo social, en el que participen sindicatos, empresarios y el Gobierno". Y ha añadido: "Esa nueva arquitectura tiene que pensar en otros términos. No se trata de volver a lo que había antes de la reforma del PP, sino de asumir los cambios necesarios que ahora hay en un mercado diferente". Y en este sentido, ha incidido en la necesidad de "configurar un nuevo estatuto de los trabajadores".

Puig ha querido recordar que, "en el pasado, la oposición progresista apoyó al Gobierno ante temas de lucha antiterrorista, o en la aplicación del 155", y cree que eso mismo "debería hacer la oposición actual". Pero, más allá de este análisis político, ¿le hace sentir incómodo a Puig el acuerdo del PSOE y Unidas Podemos con Bildu?

"Creo que no es el camino adecuado", ha respondido el presidente valenciano, que ha aprovechado la pregunta para mandar su "apoyo, cariño y estima a iIdoia Mendia" después de haber sufrido "el ataque de los intolerantes". En este sentido, Puig se ha mostrado tajante a la hora de afirmar que "contra el fanatismo no puede haber equidistancia", y ha precisado: "Si un partido no condena la violencia tiene un déficit democrático enorme".