Pedro, empleado de Grúas Barragán, cuenta hoy con la ayuda de Beltrán (que en realidad, es Ismael, su jefe infiltrado), para encargarse de sus tareas habituales, como asistir a los vehículos que requieren de ayuda en carretera con su grúa. Tras haber finalizado el primer trabajo del día, llega el momento de notificárselo a la central para constar como disponible para la siguiente misión.
"Se avisa siempre a la central, ¿no?", pregunta de manera nada casual Beltrán. "Sí, pero que se esperen", responde el trabajador. "Pedro infla las horas de las asistencias, mete tiempo de más", expone el jefe infiltrado ante las cámaras. "Podemos irnos a tomar un café", le propone Pedro.
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Pero no es lo único que descubre el jefe. También presencia sus maniobras con la grúa, que acaba por toparse en varias ocasiones con un bordillo, algo peligroso para su correcto mantenimiento. Además, Pedro le confiesa que se le ha olvidado hacer fotos del vehículo que han atendido anteriormente, algo que es obligatorio.
NO PUBLICAR La conmovedora historia de un empleado de Grúas Barragán: "En Ucrania están mi madre, mi hermana y mi abuela"
Tras una jornada de trabajo con Aleksenko en el coche-taller, el jefe infiltrado reposa con su empleado. En la pausa de la comida, el trabajador, de origen ucraniano, relata cómo es la situación en su país y cómo sufre su familia.