Carlos Conde Peluqueros cuenta con varias franquicias y su fundador quiere infiltrarse en ellas para comprobar cómo trabajan los empleados y si la filosofía de la empresa se transmite de forma correcta en estos locales.
Sin embargo, nada más aterrizar en una de estas barberías descubre que uno de los trabajadores incumple la mayoría de las pautas marcadas desde la central. Y es que se excede en los tiempos de corte y admite a mujeres como clientas, a pesar de que se dedican exclusivamente al sector masculino.
Esto, sumado al hecho de que uno de los usuarios se marcha enfadado, hace que el jefe acabe descontento durante esta jornada. Su reacción y opiniones, en el vídeo superior.
Otros momentos destacados
Una de las trabajadoras más veteranas de una franquicia deja solo a un joven que está haciendo prácticas y que no sabe realizar algunos de los servicios. De hecho, el chico llega a confesar delante del jefe infiltrado que "es la primera vez" que depila unas cejas y que no tiene "ni idea"
En esta misma peluqueríauna de las trabajadoras le pide que haga la cera a un cliente. Sin embargo, el jefe parece no tener mucho tacto depilando, y la empleada le hace probar de su propia medicina. "Eres un poco brusco. Vamos a hacerlo en tu brazo para que veas lo que el cliente está sintiendo", le dice.
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El jefe infiltrado de La Mar de Gambas alucina con el 'método Rocío': "Lo del palito será broma, ¿no?"
"Esta mujer se está quedando conmigo", alucina 'el jefe infiltrado de La Mar de Gambas al descubrir el método de su empleada Rocío: calcular a 'ojo' el tiempo de cocción de las gambas, en concreto, "cuatro minutos y un palito".