Carlos Conde se infiltra en una de las franquicias de su empresa para comprobar cómo funcionan y si siguen las pautas marcadas por la central. En uno de estos locales ve cosas que no le terminan de gustar e, incluso, le llegan a "asustar".

Y es que una de las trabajadoras más veteranas de la barbería deja solo a un joven que está haciendo prácticas y que no sabe realizar algunos de los servicios. De hecho, el chico llega a confesar delante del jefe infiltrado que "es la primera vez" que depila unas cejas y que no tiene "ni idea".

"Me asusté cuando Jessica me dejó solo con el chico nuevo que tienen para hacer prácticas. Es un servicio en el que puedes hacer daño al cliente y no puede estar solo. Debería haber estado con él para explicarle cómo se hace", señala Carlos Conde tras su infiltración.

En esta misma peluqueríauna de las trabajadoras le pide que haga la cera a un cliente. Sin embargo, el jefe parece no tener mucho tacto depilando, y la empleada le hace probar de su propia medicina. "Eres un poco brusco. Vamos a hacerlo en tu brazo para que veas lo que el cliente está sintiendo", le dice.

Otro momento destacado

El fundador de 'Carlos Conde Peluqueros' se infiltra en una de las barberías de la marca para conocer de primera mano cómo trabajan sus empleados. Aquí se ve sorprendido por dos trabajadores que se llevan mal y que así lo dejan ver ante los clientes.