'El jefe infiltrado' se adentra en su segunda emisión en el mundo de la noche y de las pizzas al corte -ya lo hizo con Dominos Pizza-. Se trata del negocio que ha llevado al éxito a Paolo Maglia, fundador de Papizza, que ahora quiere investigar cada rincón de su negocio desde dentro y descubrir si todo marcha como debiera o hay cosas que todavía se pueden mejorar. Ahora es posible comerse una pizza a cualquier hora del día y de la noche gracias a Papizza, una empresa italiana que inauguró una nueva forma de vender pizza: hacerlo las 24 horas del día.

Durante su experiencia como infiltrado, el jefe conocerá a gente muy válida y profesional que se deja la piel en su trabajo. Pero también sufrirá la dureza de los turnos de noche de trabajo, de la presión de servir las pizzas con una sonrisa pese a la abrumadora aglomeración de trabajo en horas punta y, en ocasiones, de la difícil clientela. 

Sin embargo, lo que jamás imaginaba es que iba a sufrir un duro varapalo: el jefe descubre que algunos de sus empleados se mantienen en su puesto de trabajo a pesar de llevar meses trabajando sin cobrar su mensualidad. Una situación que no le resulta fácil de asimilar y a la que tendrá que poner freno sin demora. 

A lo largo de su aventura, el jefe también será testigo de ciertas irregularidades en el servicio de limpieza de una de sus tiendas, lo que puede acarrear serios problemas en caso de recibir una inspección de sanidad.