Thais Villas ha salido a las calles para comprobar las diferencias entre las personas de un barrio rico y un barrio obrero respecto a la Lotería de Navidad.

Lo que ha quedado demostrado es que no se gasta de igual manera dependiendo de la clase social, como tampoco son iguales las ilusiones de los vecinos si les tocara un premio el día 22 de diciembre.

Un vecino de un barrio rico asegura que 400.000 euros no le cambiarían la vida: "He tenido una época que he tenido muchísimo, muchísimo dinero. Y lo puedo decir públicamente, casi 30.000 euros al mes de mi padre. Y la felicidad no es el dinero, he conocido gente muy corrupta y gente que solo me ha querido por el interés y a día de hoy el dinero no me hace feliz".