A pesar de lo que digan, Marisol Yagüe no cobraba sobornos, sólo respetaba una tradición ancestral en el ayuntamiento de Marbella. Algo de origen histórico a lo que ni las folclóricas se pudieron resistir.
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar, recoger datos estadísticos y mostrarle
publicidad relevante. Si continúa navegando, está aceptando su uso. Puede obtener más información o cambiar la
configuración en política
de cookies.