Alma Bracho y Llúcia Martínez son investigadoras de la fundación Fisabio que se dedican a secuenciar el genoma del coronavirus. Su papel es muy importante en esta pandemia, porque permite conocer más a fondo al virus que nos ha cambiado la vida. Pero su situación laboral es tan precaria que no saben si el mes que viene seguirán teniendo trabajo.

Las condiciones dentro del sector, denuncian, son incompatibles con el poder tener una carrera científica, y afirman que la mayoría de sus compañeros y compañeras que se han formado en España se han ido fuera en busca de oportunidades. El panorama que dibujan es muy preocupante porque sin ciencia no hay futuro, pero ante lo que ellas han vivido, les cuesta animar a las niñas a que un día se conviertan en científicas. "Moralmente tengo un dilema porque me cuesta decirle a una niña que se dedique a la ciencia. Puedo decirle que es un camino absolutamente apasionante, pero no en España, porque las oportunidades que te brinda este país son muy escasas", sentencia Bracho.

La lucha feminista de la científica Margarita Salas

Sandra Sabatés entrevistó en El Intermedio a Margarita Salas, la primera mujer en investigar sobre biología molecular en España. La científica destacó en 'Mujer tenía que ser' las dificultades que tuvo para hacerse un nombre en los 60 donde "se creía que las mujeres no tenían capacidad para la investigación".