Andrea Ropero ha entrevistado a Alma Bracho y Llúcia Martínez, dos investigadoras que tienen una función muy importante en esta pandemia, ya que se dedican a secuenciar el genoma del coronavirus. Ellas han explicado las difíciles condiciones laborales a las que se enfrenta el sector que empujan a muchos de sus compañeros y compañeras a emigrar. "Se dedica mucho dinero a formar a un investigador y al final se aprovecha en otro país", afirma una de ellas.

Ambas hablan de la falta de estabilidad laboral. En el caso de Llúcia, tiene una categoría de indefinido no fijo; y el contrato de Alma acaba el próximo mes de marzo. "No puedes hacer una carrera científica teniendo un contrato de tres años. Al no tener estabilidad, a lo mejor te queda un año de contrato y no puedes pedir un proyecto", explica.

Llúcia cuenta que, por ejemplo, cuando pides un proyecto europeo (de los que más financiación reciben), entre las condiciones que te exigen es que las personas que forman parte de él tengan contratos indefinidos". Por ello, afirma que poca gente en España puede acceder a esas financiaciones y eso lastra la ciencia española.

La lucha feminista de la científica Margarita Salas

Sandra Sabatés entrevistó en El Intermedio a Margarita Salas, la primera mujer en investigar sobre biología molecular en España. La científica destacó en 'Mujer tenía que ser' las dificultades que tuvo para hacerse un nombre en los 60 donde "se creía que las mujeres no tenían capacidad para la investigación".