La píldora del día después llegaba a las farmacias, pero no estaba financiada por el sistema de la Seguridad Social: su precio era de 3.191 pesetas y no resultó tan fácil el acceso a ella.

La nueva medida se encontró con el rechazo de una parte de la sociedad por cuestiones morales. Aunque la píldora del día después no era un método abortivo, La Iglesia utilizó ese argumento para oponerse a ella. También la rechazó una parte de los farmacéuticos.

Dónde Estabas Entonces habla con Paloma Rivero, psicóloga en un centro joven de Madrid, uno de los lugares en los que se suministraba la píldora antes de que se pudiera adquirir en farmacias. "Había muchísima desinformación y también mucho mitos".