La siguiente parada de El camino a casa de Manuel Díaz 'El Cordobés' le lleva hasta el lavadero de coches en el que trabajó cuando solo era un chaval, después de dejar el colegio y antes de dedicarse profesionalmente al toreo. Allí se reencuentra con sus antiguos compañeros. "46 años aquí metido", le dice uno de ellos.

"¿Puedo limpiar el coche con vosotros?", le pide Manuel. Con el trapo en la mano saluda a todos los allí presentes, para después ponerse a limpiar los cristales de uno de los vehículos. "¿Y con 15 o 16 años venías aquí?", pregunta el presentador. "¡Hombre! ¿Y tú sabes qué era lo más importante? ¡La propinilla!", exclama el diestro.

'El Cordobés' recuerda los "cortes que se daban en las manos" con los guardabarros de los coches antiguos. "Tú me has pegado alguna que otra bronca, ¿a qué sí?", le dice a su encargado de entonces. "Me escaqueaba", reconoce él mismo. De hecho, nunca había vuelto a pisar ese lugar desde la última vez que lo hizo.

"Aquí me llamaron por teléfono en el mes de vacaciones que tenía, me piré y ya no volví. Me dijeron 'oye, ¿tú quieres torear?' y yo le dije a este 'toma el trapo, ahora vengo', y he vuelto ahora".