La lujosa fiesta en un yate en Miami ambientada en la última cena del Titanic: "El vestido es de Valentino y las joyas son de Dior"

En Miami Beach Marina, Jalis de la Serna asiste a una fastuosa fiesta invitado por la Camila Guiribitey, miembro de una de las familias más ricas de Miami. Ella es la encargada de darle la bienvenida al yate (de su propiedad) en el que se organiza este evento ambientado en la última noche del Titanic.

Con la música de un conjunto de cuerda que toca allí en vivo de fondo, Camila le enseña el look escogido para la ocasión: "Es un vestido Valentino, creo que las joyas son de Dior y llevo la corona de mi boda. Atrás llevo unos lazos Valentino. En el Titanic había mucho lujo y estaba muy marcada la diferencia de sociedades ahí. Por eso quisimos recrear la última cena", explica.

Las mesas, el menú (aunque un poco retocado) y la decoración recuerdan a aquellas últimas horas del transatlántico antes de toparse con un iceber. "Aquí todo lo que tenemos son réplicas, que también tienen un valor", como por ejemplo el perfume de los pasajeros de primera clase, que cuesta 1.600 dólares. Esta particular celebración cuenta con más trabajadores que invitados (34, afirma Camila). "En la cocina no sé ni cuánta gente ha entrado", confiesa.

Sin embargo, lo más sorprendente se encuentra dentro de un camarote en el que hay ropa de bebé flotando. "En el Titanic murieron 52 niños de menos de un año. De esos 52, 51 eran de tercera clase", cuenta. Allí se encuentra lo único original del Titanic: "Es un pedazo de carbón".

Los invitados comienzan a llegar. En primer lugar, se encuentra Tati Guiribitey, ataviada para la ocasión, junto a su contable. "Es un trabajo bien peligroso. Tengo que estar muy enfocada porque una declaración fuera de lugar cuesta millones", reconoce.

Una mujer que está lanzando su carrera política para ser "la próxima vicepresidenta de los EEUU" sube también a bordo. "Vamos a presentarnos para la Comisión", aclara ella. "Las Guiribitey son muy influyentes. Tienen la capacidad para poder hacer el cambio dentro de nuestra sociedad", advierte.

Un matrimonio que vive entre España y Punta Cana llega también al evento. "En Madrid vivimos en Ortega y Gasset (barrio de Salamanca). España ha servido de acogida a todos los latinos que están buscando una nueva vida", asegura el señor.

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