En su primera declaración ante el juez, Manolo, el electricisista de la Catedral de Santiago, explica paso a paso cómo fue el robo del Códice Calixtino. Confiesa que no quería hacerle daño al Códice, pero que tenía la intención de "castigar" al deán.

Según explicó, lo hizo tras su rutina mañanera de ir a misa. Fue al claustro y vio salir al deán del archivo. se colocó en el punto muerto que es la entrada del archivo y se apresuró para que no se cerrara la puerta. Cogió el Códice y, oculto en su chaquetón, consiguió sacarlo de la Catedral. Fue entonces cuando lo enterró en el pienso de conejo en el que posteriormente lo localizó la Policía.