Cuando Páez llega a Génova, el tesorero era Álvaro Lapuerta, aunque quien hacía y deshacía era Bárcenas. Llega el año 2009, estalla el escándalo Gürtel y Bárcenas se coloca en el centro de las sospechas. Páez relata en el juzgado cómo Bárcenas confía en él para darle una carpeta azul con papeles, lo que él interpreta como facturas.

Es la famosa carpeta que dice que le quema y que devuelve. Bárcenas temía, dice Páez, un registro de la sede. Le preguntan por esa relación que empieza a deteriorarse y el dilema en el que, de repente, se encuentra.

Y llega el momento de "o conmigo o contra mí". La guerra entre Cospedal y Bárcenas estalla y había que posicionarse. Páez, declara, acude al presidente del partido,
a Mariano Rajoy.

Esto provoca la ira de Bárcenas, un Bárcenas que se vuelve agresivo y que le amenaza. Las dudas de Bárcenas ante Páez, al que empieza a considerar un traidor, se
manifiestan en una conversación de ascensor en la calle Génova. De amigos pasan a enemigos.

Esa disputa entre Bárcenas y Cospedal, dijo Páez, acabó manchándole e incluso obligándole a dimitir.