Todo se centra en la época de expresident de Eduardo Zaplana y en esta historia se mezclan elementos de libro de la corrupción: mordidas, paraísos fiscales, contratos irregulares...
En su caso, el dinero que habría amasado en Valencia acabó en Uruguay y no sería calderilla. Los investigadores apuntan a mordidas de más de diez millones de euros, dinero que salía, supuestamente, de contratos públicos adjudicados de forma irregular.
Están en sospecha dos planes: la privatización del servicio de ITV y también el plan eólico de la Comunidad Valenciana con Zaplana al frente. La mayoría de estos contratos acabó en las empresas de Vicente Cotino, sobrino del expresidente de Les Corts.
A cambio de esos contratos, Zaplana recibiría importantes mordidas y ese el dinero que se habría llevado lejos, muy lejos: a Uruguay. Lo que acabaría descubriéndole sería el proceso de repatriación, es decir, volver a traer el dinero. Para eso, Zaplana habría creado todo un circuito internacional que incluiría también Luxemburgo. El plan ha acabado con Zaplana detenido.